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Aunque el desarrollo de las construcciones corresponde a finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el trazado urbano presenta un plano en damero con manzanas regulares de forma cuadrada perfecta, respetando el diseño original que corresponde al desarrollo urbano utilizado por la corona española en América desde el inicio de la conquista.  

El conjunto urbano de Montecristi, está compuesto por viviendas de madera de una y dos plantas conteniendo elementos similares a la arquitectura de la época que se encuentra en otras islas del arco antillano. En esta se destacan los techos inclinados (a varias aguas), las galerías perimetrales, buhardillas, guardamalletas, prevaleciendo los elementos que le dieron unicidad a la arquitectura antillana y que sirvieron de ejemplo para el desarrollo de la arquitectura popular dominicana. 

Dirección y/o Localización: 

 

La ciudad de San Fernando de Montecristi, municipio cabecera de la provincia Montecristi se encuentra a 1.5 km de la costa atlántica (19° 51’ 30” latitud norte y 71° 39’ 12” longitud oeste) y a unos 1.50 metros sobre el nivel del mar. 

La parte protegida de la ciudad incluye un total de 58 cuadras limitadas al norte por la calle 16 de agosto, al sur por la calle Pimentel, al este por la calle Benito Monción y al oeste por la calle Humberto Marzán. 

 

 

Historia:

La primera fundación de la villa de Montecristi se remonta al año 1506, durante el gobierno de Nicolás de Ovando. La villa es asentada en terrenos de la Bahía de Manzanillo, por aquel entonces parte del cacicazgo de Marién, avistados y explorados por Cristóbal Colón durante su segundo viaje. En los años siguientes llegaron allí varios grupos de pobladores, siendo el más citado el comandado por Juan de Bolaños y compuesto por cerca de 70 familias canarias, que no lograron prosperar como esperaban. Hacia la segunda mitad del siglo XVI, la villa de Montecristi se desarrollaba muy pobremente perdiendo año tras año una gran cantidad de habitantes por mudanza o enfermedad. En el 1606 la corona española ordena finalmente su despoblación junto a otras villas de la banda norte y sus habitantes fueron reubicados junto a los de Puerto Plata en una nueva comunidad bautizada como Monte Plata, al norte de la villa de Santo Domingo. 

Más de un siglo después, mediante Real Orden del 18 de marzo de 1749 se dispone la refundación de Montecristi a fin contener el avance francés en la isla y desarrollar el comercio a través del puerto del mismo nombre. Es en las cercanías del puerto, ya no en la Bahía de Manzanillo, donde a partir de 1751 se empiezan a establecer las primeras familias procedentes en su mayoría de las islas Canarias dedicadas básicamente a las labores agrícolas. 

La ciudad de Montecristi inició en su localización definitiva un lento crecimiento que por muchos años estuvo muy unido al desarrollo de su puerto marítimo, próspero solo cuando las autoridades, primero españolas y luego haitianas, lo abrían de manera intermitente al comercio exterior. Luego de constituida la República Dominicana en 1844 y recuperado su territorio del control español por la Guerra Restauradora a mediados del 1865, el muelle de Montecristi se especializó en la exportación de madera para construcción y para fabricación de tintes. Según las fuentes históricas no se contaban allí más de 1,500 personas.   

A partir de 1870 y hasta poco después de la Primera Guerra Mundial, la comercialización de madera de campeche para el teñido de telas exportada principalmente a Alemania motiva el florecimiento de la ciudad a la que llegan migrantes de diversas ciudades del mundo, particularmente de países antillanos y europeos. Estos últimos fundan y dirigen importantes casas comerciales junto a empresarios dominicanos. Son de este período el primer acueducto del país, construido en 1889; el muelle, construido en 1864; y el reloj público, adquirido en Francia en el 1895. De estas estructuras solo se conserva el reloj.

 Al darse por terminada la llamada Era del Campeche, la ciudad de Montecristi iría ganando lentamente nuevos sectores sin que ejercieran una presión incontenible sobre el centro histórico, como ha ocurrido con otras ciudades medias del país, lo cual ha contribuido a su preservación y estado actual.

Arquitectura y construcción: 

Las construcciones más antiguas del centro histórico de Montecristi datan del período republicano, producto del intenso intercambio comercial de esos años. Las viviendas empiezan a ser mejoradas utilizándose nuevos materiales industrializados, como los tablones de madera aserrada, las planchas de zinc liso y los bloques de ladrillo y cemento, en lugar de tablas de palma, canas y yaguas.

 La prosperidad originada por el comercio portuario trae además nuevos estilos de construir que enriquecen los modelos tradicionales de la carpintería local y combinan nuevos volúmenes en las edificaciones. Es así como aparecen elementos tomados de la arquitectura neoclásica  populares en Inglaterra, Francia y otros países europeos galerías, buhardillas, mansardas, volúmenes en saliente, etc. – que se añaden a la simpleza de los espacios populares surgiendo magníficas combinaciones, similares a las que aparecen en otras ciudades antillanas pero con rasgos particulares criollos. 

En su mayoría se trata de edificaciones que combinan una gran riqueza de estilos, dando lugar a espacios más amplios y mejor ventilados. Estas incluyen igualmente diversas adaptaciones en volumen, con techos inclinados ya no de dos, sino de 4, 6 y hasta 8 aguas, utilizando como material principal la madera y las planchas metálicas. Un reducido número de estas casas de dos y tres pisos son más singulares aún pues fueron especialmente encargadas por catálogo e importadas por sus propietarios, quienes confiaban su instalación a maestros carpinteros con experiencia e incluso extranjeros. 

Adicionalmente, se popularizó un número importante de variantes decorativas y elementos ornamentales, como los balaustres de madera, las barandas, las puertas persianas y los tragaluces, característicos de la arquitectura antillana.

 

 

Declarado Monumento Arquitectónico por la Ley No. 492 del 27 de octubre del 1969.

Legislación protectora:

  • Decreto No. 301-87, que crea una Comisión de Protección y Rescate del Patrimonio Histórico, Cultural, Arqueológico y Natural de la provincia de Montecristi, del 11 de junio de 1987.
  • Decreto No. 403-87, que dispone que todo proyecto de construcción, remodelación o demolición dentro de un área de la ciudad de Montecristi, deberá ser aprobado por la Oficina Patrimonio Cultural antes de su sometimiento al Ayuntamiento de esa ciudad y a la Secretaría de Estado de Obras Públicas y Comunicaciones.

Datos de interés:

  • El conjunto arquitectónico de Montecristi es de todos los centros históricos del país el que se encuentra en mejor estado de conservación debido a la constante atención y celo de las familias que allí habitan, manteniendo los materiales y elementos originales empleados en sus edificaciones y evitando así alteraciones mayores que pudieran restarle autenticidad.
  • Algunas de las edificaciones importadas desde Europa y fijadas en solares del Centro Histórico de Montecristi fueron adaptadas a las condiciones climáticas de la ciudad (clima seco, pocas lluvias, mucho asoleamiento. 
  • De todas las edificaciones del Centro Histórico de Montecristi la casa No. 29 de la Avenida Mella posee un alto valor histórico para la memoria local, nacional y antillana. Fue allí donde el general dominicano Máximo Gómez y el general cubano José Martí se reunieron para firmar el Manifiesto de la Independencia de Cuba. Aunque la vivienda se considera protegida al encontrarse dentro de los límites de este sitio, la misma fue declarada además Monumento Nacional a través de la ley 492 del 27 de octubre del 1969.

Enlaces:

Montecristi en el Portal de la UNESCO (en inglés): 

http://whc.unesco.org/en/tentativelists/1705/

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